Restylane para los Rellenos Faciales

Rellenos faciales Restylane vs. envejecimiento del rostro

 

El rostro es quizás la parte del cuerpo que es más necesario cuidar; una sonrisa bonita o una piel hidratada son rasgos que resultan más que atractivos en una persona. No obstante, conseguirlos no siempre es fácil; uno de los enemigos más difíciles que hay que vencer para lograrlo es el paso del tiempo y una de las armas con las que se cuenta para ello son los rellenos faciales.

 

Tratamientos de este tipo hay muchos; uno de los más utilizados es el del gel Restylane. Éste es un producto que suaviza las arrugas, remodela el contorno facial, aumenta los labios y rejuvenece la piel. La principal característica de Restylane es que no afecta a la expresión ni a los movimientos faciales y, aunque es duradero, no es permanente, por lo que existe la posibilidad de mantener o no el efecto.

Estas son algunas de las razones por las que más de once millones de personas en todo el mundo se han sometido a tratamientos faciales con este producto. La forma de hacerlo es inyectar en la piel o por debajo de ella pequeñas cantidades de este gel que restaura el volumen y la estructura de la piel basándose en el principio de ácido hialurónico que imita esta sustancia generada por el organismo.

"Pese a que este procedimiento es no invasivo y no tiene periodo de recuperación la garantía de sus resultados siempre pasará por la consulta a un profesional experto en la aplicación de estas inyecciones. No hay que olvidad que la seguridad es el primer requisito cuando se habla de tratamientos estéticos".

 

 

Los riesgos de alergias o reacciones de hipersensibilidad se reducen al mínimo en el uso de este producto puesto que el ácido hialurónico que contiene es de origen no animal y por tanto biocompatible con el organismo sin necesidad de test previos.

 

Lo que sí es imprescindible es contactar con un profesional médico antes de las aplicaciones de las inyecciones para que éstas se hagan de la manera más segura.

 

Un tratamiento con Restylane tiene una duración de entre seis y doce meses; tras este tiempo, un nuevo retratamiento aumenta el efecto y la duración del producto en unos 18 meses. De esta forma, este método se convierte en una de las mejores opciones para combatir las arrugas de todo tipo; en función de la profundidad de cada arruga, la densidad del producto a inyectar será mayor o menor.

 

Puesto que la profundidad de las arrugas varía según su posición, existen diferentes tipos de Restylane en función de la densidad de ácido hialurónico que contienen: restylane vital (para la hidratación de la cara), restylane sofá (para el relleno de las arrugas finas), restylano perlane (para el relleno de labios y surcos) y restylane Sub-Q (para el relleno de pómulos).