La palabra “
peeling” significa descamación o
exfoliación y consiste en la utilización de
sustancias químicas sobre la piel para
renovar sus capas y poder así eliminar imperfecciones y favorecer un color uniforme.
El peeling consigue una
disminución de las
arrugas, una piel
rejuvenecida y bien
hidratada, con una secreción correcta de grasa y una buena consistencia y
luminosidad.
Normalmente se utilizan diferentes ácidos (glicólico, salicílico,
mandélico, resorcina, tricloracético, fenol, etc.) en función de los
resultados que se busquen, del tipo de piel, del estado cutáneo, de la
edad y del historial clínico.
Los
peelings se utilizan para corregir arrugas finas, medias o
profundas, para tratar el acné (activo, leve o moderado) y sus secuelas,
el fotoenvejecimiento, el envejecimiento cutáneo, la flacidez, la piel
fina y rugosa, la piel grasa, las
manchas cutáneas, las queratosis
actínicas, etc.
Las
manchas en la cara son alteraciones en la coloración de
la
piel de la cara, generalmente de color marrón café, que aparecen en el
rostro y habitualmente a ambos del mismo, de tal manera en que muchas ocasiones,
parece como si la persona afectada llevase una máscara.
Normalmente se producen en las mejillas, en la frente, en el
cuelo, en el labio superior o en la nariz. Aunque no suponen un problema
médico, si que constituyen un motivo de preocupación para mujeres y hombres ya
que afectan la apariencia del rostro.
¿Como prevenir?
Usando protector solar, gorra o sombrero
durante la exposición solar, evitar la exposición solar hasta las 15 horas ya
que es la etapa más fuerte y consultar médicos especialistas para llevar un
buen
tratamiento.